domingo, 8 de noviembre de 2015

Así se tomó el Palacio de Invierno


25 de octubre de 1917, ya que en Rusia se seguía el viejo calendario juliano. En el resto del mundo aquel día era 7 de noviembre, y nadie se imaginaba que aquel día supondría un antes y un después en la historia humana. Para bien o para mal, unos a favor y otros en contra, aquellos sucesos no dejarían indiferente a nadie (aún hoy, 98 años después). Aquel día los trabajadores se hacían con el control de la capital rusa, iluminando con esperanza a miles de trabajadores del mundo o asustando a los poderosos. Algunos detalles se encuentran en  un libro soviético de historia, cuyo fragmento se reproduce a continuación:

"El plan de la insurrección, elaborado por Lenin, se cumplía con éxito. Durante la noche y la mañana siguiente fueron ocupadas todas las instituciones gubernamentales más importantes, las plantas de energía eléctrica y las empresas de la economía municipal. Petrogrado se encontraba en manos del pueblo insurrecto. El Gobierno Provisional, que se hallaba en el Palacio de Invierno, no tenía salida. Todos los accesos al Palacio estaban controlados por obreros y soldados insurrectos. 
A las 9 de la mañana del 25 de octubre, G. P. Polkóvnikov, comandante en jefe de la Región Militar, informó a uno de los ministros, quien se interesaba por la situación en Petrogrado, de que la situación era crítica, ya que "no había soldados a disposición del Gobierno". En un telegrama al comandante en jefe del Frente Norte, Polkóvnikov comunicaba que la situación en la ciudad era peligrosa. "En las calles no se registran acciones ni desórdenes, lo cual no es óbice para que de manera sistemática vayan ocupando las instituciones y estaciones de ferrocarril y se realicen detenciones. No se cumple ninguna orden. Los cadetes entregan sus puestos de guardia sin oponer resistencia; los cosacos, a pesar de las reiteradas disposiciones, no han salido hasta el momento de sus cuarteles”. 

En esas condiciones, el Mando de la Región Militar veía la única salvación en la urgente llegada de soldados del frente. Pero los refuerzos no llegaban. La mayoría de los soldados, principalmente de los frentes Norte y Oeste, más próximos a la capital, apoyaban a los bolcheviques. Dos batallones de ciclistas, que venían del frente, fueron detenidos a 70 km de la capital por soldados revolucionarios. El 25 de octubre, en Petrogrado triunfó la insurrección armada de obreros, marineros y soldados revolucionarios. El histórico llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia!, escrito por V. I. Lenin, decía que el Gobierno Provisional había sido depuesto y que el poder del Estado había pasado a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Petrogrado. El llamamiento decía más adelante: "Los objetivos por los que ha luchado el pueblo -la propuesta inmediata de una paz democrática, la supresión de la propiedad agraria de los terratenientes, el control obrero de la producción y la formación de un Gobierno soviético- están asegurados". Ese mismo día el llamamiento fue transmitido por la emisora del crucero Aurora y publicado en el periódico Rabochi y Soldat; después apareció en los demás periódicos que a la sazón se editaban en Petrogrado y en 21 diarios locales de distintas zonas del país.
A las 9 y 45 de la noche del día siguiente, el crucero Aurora, por la  señal de la Fortaleza de Pedro y Pablo, disparó un  cañonazo con proyectil de fogueo, anunciando el  inicio del asalto al Palacio de Invierno. Se intensificó  el fuego de ametralladoras y fusiles contra los  cadetes y destacamentos de choque parapetados tras  las barricadas levantadas frente al Palacio. A eso de  las 10 de la noche, abandonaron el Palacio los  cadetes de las escuelas de alféreces de Oranienbaum  y de Peterhof y los restos de las centurias cosacas.  Las mujeres del batallón de choque, que habían  quedado en el Palacio, levantaron la bandera blanca  y, bajo escolta, fueron conducidas a los cuarteles del  Regimiento de Pávlovsk. Según atestiguaba  Chudnovski, para las 10 de la noche se fueron, en  total, cerca de 1.000 personas. No obstante, los  cadetes de la escuela de alféreces de tropas de  ingeniería, así como los oficiales y soldados de  choque, se mantenían en sus posiciones. Pero la  situación de los sitiados iba de mal en peor. En el  Palacio comenzaron a penetrar grupos de 50-100  personas: guardias rojos, marineros y soldados.    

Por orden del Estado Mayor de las tropas  revolucionarias, a las 12 de la noche se inició el  asalto general. Los atacantes avanzaban, desde todas  las direcciones, hacia el Palacio de Invierno. John  Reed, socialista norteamericano y participante en el  asalto, escribía: "Al salir a la plaza echamos a correr,  agachándonos y apretándonos unos a otros. Corrimos  así hasta chocar con el pedestal de la Columna de  Alejandro... Tras unos minutos de permanencia allí,  el destacamento, que contaba con varios cientos de  hombres, cobró ánimos y de pronto, sin ninguna  orden, volvió a lanzarse adelante. En este momento,  a la viva luz que salía de las ventanas del Palacio de  Invierno, observé que los doscientos o trescientos  hombres de la vanguardia eran todos guardias rojos.  Había muy pocos soldados entre ellos. Trepamos a  las barricadas de leña y al saltar abajo lanzamos  gritos de triunfo: a nuestros pies había montones de  fusiles abandonados por los cadetes. Las puertas del  edificio a ambos lados de las entradas principales  estaban abiertas de par en par".

No era la una de la madrugada del 26 de octubre  cuando guardias rojos, marineros y soldados  irrumpieron en el Palacio y los cadetes se vieron  obligados a abandonar un piso tras otro. Los  asaltantes se dispersaban por los pasillos y salas del  enorme edificio. Los obreros de la Guardia Roja  manifestaban extraordinaria conciencia, alta  organización y firmeza. Con el fin de proteger los  valores artísticos del Palacio, se situaron centinelas.  A las 2 y 10 del 26 de octubre, el Palacio de Invierno  ya se encontraba en manos de los insurrectos; los  ministros del Gobierno Provisional fueron detenidos  y enviados a la Fortaleza de Pedro y Pablo. 

El 25 de octubre, fecha en que triunfó la  insurrección en Petrogrado, entró en la historia como  el día que dio comienzo la Gran Revolución  Socialista de Octubre en el país y que abrió una  nueva era en la historia de la humanidad."  

Extraído de "Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre" Editorial Progreso. 


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