miércoles, 30 de diciembre de 2015

Como se celebraba la Navidad en la Unión Soviética

 En la Unión Soviética, un lugar tan distinto al resto del mundo, también se celebraba la navidad. Con muchas peculiaridades, pero de una forma bastante parecida al resto de países occidentales. En occidente la fiesta pasó de ser una celebración religiosa a ser unas vacaciones "seculares" en donde las familias se reúnen, dando rienda suelta al consumo. En la Unión Soviética también predominaba este carácter secular. Veamos por encima la evolución histórica de estas fiestas.

En la URSS, y aún hoy en los países ex soviéticos, tiene más importancia la celebración de año nuevo que el día de Navidad propiamente dicho. Hasta el año 1492, el año nuevo era el primer día de marzo. Ese año se trasladó el inicio de año al 1 de septiembre. Fue el Zar Pedro I, quien puso el 1 de enero como inicio de año en 1700, adecuándose así al calendario occidental. Durante el siglo XIX se introducen en Rusia muchas de las tradiciones navideñas como el árbol de navidad, procedentes de Prusia. En 1914, el Zar Nicolás II prohíbe muchas de estas tradiciones al estar en Guerra contra Alemania. 
Con la Revolución de Octubre se adopta en 1918 el calendario gregoriano, para estar acordes al resto del mundo. Es por ello que el año nuevo se celebra antes que la navidad, ya que la Iglesia Ortodoxa (Aún hoy) se sigue guiando por el calendario juliano, lo que da lugar a que el día de navidad sea el 7 de enero. Desde entonces, la celebración de Año Nuevo tiene una notoriedad importante, mientras que la navidad se reduce a una celebración religiosa de ámbito más privado.

Entre 1929 y 1935 la navidad estuvo prohibida, debido a la pugna entre el Estado y la Iglesia Ortodoxa. En 1935 se vuelve a celebrar. Los bolcheviques ven que en el occidente capitalista los niños ricos gozan de elegantes árboles de Navidad y de regalos, mientras la inmensa mayoría de niños se tienen que conformar con mirar con envidia a los ricos. Esto hace que en la URSS se decidiera desde 1935 celebrar el Año Nuevo por todo lo alto, con especial atención a la infancia. Así es como vuelven las tradiciones navideñas, con regalos y árboles de navidad al alcance de toda la infancia.
Se instalaban árboles de navidad en plazas, teatros, escuelas, palacios de pioneros etc. También en las casas se instalaban pequeños abetos. Estos árboles se decoraban con todo tipo de adornos hechos de vidrio o porcelana, presididos por una estrella roja en lo alto del árbol. Las familias se reunian y se dedicaban abundantes comidas, se cantaban canciones propias de la navidad y se ponían en práctica antiguas tradiciones paganas de cuando lo que se celebraba era el solsticio de invierno.

El día 1 se celebraba una gran fiesta infantil. Los niños recogían en sus casas los regalos aparecidos en el árbol. Luego en un lugar público o en una plaza, se entregaban regalos a los niños antes de comenzar una jornada de juegos colectivos en donde el niño era el único protagonista. Los encargados de repartir estos regalos era el "Ded Moroz" (Abuelito helado) y su nieta "Snegurochka" (doncella de las nieves). El "Ded Moroz" es el equivalente ruso de Papa Noel, y acude siempre acompañado por su nieta. Al recibir los regalos los niños les hacen promesas relativas a su comportamiento o estudios.
El "Ded Moroz" acompañado de su nieta "Snegurochka"
El árbol más grande y majestuoso se instalaba en un vestíbulo del Kremlin, era el árbol de la URSS, y allí acudían las familias moscovitas como tradición. Luces y guirnaldas adornaban las calles, los escaparates lucían sus mejores productos, y se hacían las compras para cenas abundantes. En este sentido, la navidad soviética era exactamente igual que en occidente. En las vacaciones se escuchaban canciones típicas, se veían películas propias de esas fechas, así como dibujos animados navideños en donde se mezclaban antiguas tradiciones y cuentos navideños, con nuevos entretenimientos para los más pequeños.

En la última noche del año, las familias se reunían para cenar y beber. Era tradición llevar ropa nueva, comer y beber mucho, con mucho ruido, risas y euforia. "Pasarás el año así como lo recibas" se solía comentar en todas las familias. La televisión retransmitía las campanadas del Kremlin, y al acabar se descorchaba una botella de champan soviético. Después en la televisión se retransmitía una gala con los principales artistas del momento, y otras celebridades como Yuri Gagarin en 1962.
Especialmente duras fueron las fiestas en los años de la guerra. En 1942, estando cercado Leningrado por las tropas nazis, las autoridades soviéticas decidieron celebrar las fiestas en aquellas circunstancias apocalípticas. El objetivo era perturbar lo menos posible la vida de los niños, en medio de aquellas brutales circunstancias. Aquellos años, los soldados celebraban el año nuevo pintando los tanques con una felicitación de año nuevo. El Ded Moroz entregaba los regalos con el uniforme del Ejército Rojo. Pero si hubo unas fiestas especiales, esas fueron las de 1946 en donde la pena por los familiares perdidos se mezclaba con la alegría de la victoria.

¡Feliz 2016 a todos y a todas! Especialmente a quienes intentan hacer realidad los sueños de construir una sociedad más justa y humana.





domingo, 6 de diciembre de 2015

Marusia, la entrañable historia de esta enfermera española en la URSS

María Pardina, conocida como Marusia

María Pardina, era el nombre de esta heroína antifascista que contribuyó con su heroísmo a derrotar a los nazis en territorio soviético, aunque era conocida con el cariñoso apodo de "Marusia". Entre los combatientes españoles más heroicos y destacados de la Segunda Guerra Mundial, podría figurar perfectamente su nombre, aunque en su España natal no goce del más mínimo reconocimiento.

María nació y creció en la madrileña calle de Francos Rodríguez, en donde en 1936 se situaba el cuartel del Quinto Regimiento, el ejército voluntario del Partido Comunista de España. Desde su casa veía camiones y camiones cargados de milicianos que participaban en la defensa de Madrid frente al fascismo. Siendo menor de edad colabora en la batalla atendiendo a los heridos republicanos.

Tuvo que exiliarse en la Unión Soviética como tantos otros españoles, huyendo de la represión o del hambre. Allí en 1941, la vida la obligó de nuevo a tener que enfrentarse al fascismo y la guerra de nuevo, y como hizo en España, no eludió su responsabilidad con la historia.
Se incorporó al Tercer Regimiento de voluntarios de Leningrado la misma semana que la bota hitleriana pisó suelo soviético. El Leninskaya Pravda narraba su hazaña. Tuvo que insistir duramente para que la admitieran en las filas del Ejército hasta que convenció a los responsables. Ella lo que quería era pegar tiros pero tuvo que resignarse con ser enfermera. La convencieron de que en la guerra no sólo era necesario aniquilar al enemigo, sino salvar el mayor número de posible de combatientes propios. María disputaría a las balas, a la muerte, todas las vidas que pudiera de sus hermanos soviéticos. La orden en Leningrado era clara: Resistir hasta la última gota de sangre.

En lo más encarnizado del combate se la veía arrastrarse por el campo, buscando cuerpos heridos. A veces, los atendía allí mismo, en plena batalla, dada la imposibilidad de los camilleros para asistir. Otras veces, arrastraba a los heridos entre las balas de forma temeraria, hasta algún sitio en donde pudiera hacer la primera cura. Podía sacar hasta dos hombres a la vez comentaban los soldados del Ejército Rojo.
En una ocasión, varios soldados quedaron heridos en una zona que estaba siendo intensamente batida por la metralla alemana. El comandante trató de disuadir a María de asistir a la zona, porque suponía un suicidio y era improbable que quedaran soldados vivos. María convenció a un teniente y a varios más y desoyendo las recomendaciones, marchó arrastrándose por el suelo entre los disparos. El Teniente cayó, así como varios más. Al sacar al segundo herido, otro murmuraba "Marusia vuelve, tu no nos abandonarás". Y así fue, la madrileña fue y volvió del campo de batalla innumerables veces salvando la vida a 15 soldados en un sólo día. Por esta muestra de valentía le fue otorgada la Orden de la Bandera Roja.

Era frecuente escuchar a los soldados hablar de ella, y la tranquilidad que daba tenerla cerca: Con nuestra Marusia te sientes más seguro, sabes que si te hieren no te dejarán abandonado.
María era el orgullo entre la comunidad española residente en la URSS. En invierno, Leningrado estaba rodeada de hielo y muerte. El 3º Regimiento se batía en las puertas de la ciudad de las 3 revoluciones. Una noche, después de infinitos ataques y contraataques el Regimiento quedó deshecho. Al amanecer se reagrupaban las fuerzas y se contaban las bajas. Alguien preguntó ¿Dónde está Marusia? No se la ve por ninguna parte, es imposible que aún esté rescatando heridos. Nadie sabía nada de ella desde el último combate y todos se pusieron a buscarla. A pesar de que la búsqueda se hacía cada vez más inútil, el Comandante ordenó continuar la búsqueda una y otra vez. 

Nunca más se tuvo noticia de ella. Su nombre aún resuena en las historias de la guerra de Leningrado. Desapareció para siempre haciendo lo que mejor sabía hacer: Salvar vidas. Aquella madrileña de infinita valentía se llamaba María Pardina, aunque los soldados y todo el mundo la llamaba Marusia.
La valiosísima información que aparece en el artículo, ha sido extraída de "Heroísmo español en Rusia" de Roque Serna Martínez.

Artículo relacionado: La vida del aviador español, Jose María Bravo

domingo, 29 de noviembre de 2015

El médico soviético que se operó a sí mismo

 Leonid Ivanovich Rogozov, se llamaba el médico que se operó a sí mismo en un entorno tan hostil como la Antártida. Sus ansías de vivir y su sangre fría son propias de cualquier película en donde la acción se exagera, pero siempre hay casos en donde la realidad supera a cualquier ficción.

Leonid nació en 1934 al sur de Siberia. Siendo el tercero de cuatro hermanos, su familia se traslada a una localidad siberiana en Krasnoyarsk. Su padre cae combatiendo a los nazis en 1943. Es decir, fue criado en el duro entorno siberiano e hijo de un héroe, factores que quizás expliquen su personalidad. Después de servir en el Ejército, estudia medicina en el Instituto de Medicina Pediátrica de Leningrado, graduándose en 1953.

La Unión Soviética se había lanzado a la exploración de la Antártica en 1955, año que se produce la primera expedición. El objetivo era realizar observaciones y experimentos climatológicos, biológicos, geomagnéticos etc. Leonid Rogozov había estado asignado como residente a una unidad de cirugía, hasta que consiguiera plaza definitiva de médico. Sin embargo, a finales de 1960 tuvo que interrumpir su trabajo para unirse a preparar lo que sería la Sexta Expedición Antártica de la URSS.

El barco expedicionario llega a la Antártida en diciembre. Allí, Rogozov, además de ejercer de médico ejerce de conductor o meteorólogo. Después de 9 semanas allí, en febrero de 1961, se establece la base de Novolazervskaya. El 29 de abril de 1961 (2 semanas después de la hazaña de Yuri Gagarin) Leonid empezó a encontrarse francamente mal. Sufría debilidad, nauseas, fiebre y un agudo dolor en el lado derecho del abdomen. De las 13 personas que componen la expedición, Leonid era el único médico, y se autodiagnostica apendicitis aguda.

Ante la imposibilidad de traslado, el médico decide tratarse con antibióticos y reposo. Su apendicitis era ya peritonitis, y de no extirparse el apéndice el joven médico moriría. Leonid decide poner en marcha el único plan posible que le podría permitir mantenerse con vida: Él mismo se tendría que operar. Alexander Artemyev (meteorólogo de profesión) le iría dando las herramientas necesarias y Zinovy Teplinsky (mecánico) sería el encargado de alumbrar con una lámpara y mantener un pequeño espejo redondo para que Leonid pudiera ver la zona que había que operar.
Imagínense a ese científico y a ese mecánico en esa situación. El espíritu aventurero formaba parte de los expedicionarios, como es lógico, pero una situación así seguro que nunca antes se la habían imaginado. Un médico de 27 años se iba a operar a sí mismo, y ellos serían sus ayudantes.

El médico preparó un anestésico local con novocaína, e inició la operación. Se hizo una incisión de 12 centímetros con el bisturí y comenzó a buscar el apéndice con ayuda del espejo. Se encontró el apéndice y lo extirpó, y se aplicó antibióticos. Después de 30 minutos, el médico comenzó a sufrir mareos que le obligaron a ir tomando descansos cada poco tiempo. La operación duró 1 hora y 45 minutos. La operación había sido un rotundo éxito. La fiebre continuó unos días, pero cinco días después estaba ya recuperado.
El joven no usó guantes durante la operación
Él posteriormente comentaría que fue difícil encontrar el apéndice en esas circunstancias. Que notaba con el corazón se le debilitaba o incluso se le paraba por momentos. Las manos respondían mal y todo apuntaba a que aquello tendría mal final.

Después de la expedición, se le otorgó la Orden de la Bandera Roja del Trabajo. Él completó su formación y ejerció de cirujano en Leningrado. En el año 2000 falleció, curiosamente por las complicaciones postoperatorias de un cáncer de pulmón. 
Estación de Novolazervskaya
Rogozov, de vuelta a la URSS

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Los nazis ucranianos y sus vínculos con el Estado Islámico

Aquí dos fascistas posan con bandera del Daesh, sustituyendo el negro por los colores de la bandera de Ucrania
Tras cuatro años de guerra civil en Siria, en donde el Estado Islámico ha cometido todo tipo de atrocidades, alcanza ahora la cobertura mediática que merece esta amenaza para la humanidad. Lamentablemente, han tenido que producirse los desgraciados atentados en París para que occidente tome conciencia de la amenaza que supone.

Ucrania y Siria, Siria y Ucrania. Dos países con una cosa en común: Han sufrido rebeliones armadas con el beneplácito de Occidente, en dónde fanáticos han sido utilizados de punta de lanza para derribar gobiernos legítimos y democráticos. Yanukovich fue derrocado en Ucrania en 2014, y Al Asad lleva 4 años resistiendo la ofensiva del islamofascismo. Hay otro punto en común, tanto el gobierno de Yanukovich como el de Al Asad, han sido ayudados en su lucha contra las rebeliones por Rusia (que intentaba mantener a estos dos países dentro de su zona de influencia, como es lógico)
Hoy, sobre Siria e Iraq se cierne la amenaza de un Ejército regular que lleva su fanatismo a aquellas localidades que caen bajo su control. El autodenominado Estado Islámico o Daesh, está compuesto por miles de combatientes armados. Su capacidad militar ha sido suficiente para poner en jaque al Ejército Sirio. Además de poseer un territorio y un ejército, no hay que despreciar sus recursos económicos, provenientes en su mayoría de la venta de petróleo por debajo del precio de mercado.

En Ucrania, el caso es diferente. Grupos fascistas ucranianos fueron usados de punto de lanza en el denominado "Euromaidán" que llevó a la destitución del Presidente Yanukovich y la creación de un nuevo sistema político de corte nacionalista. En el este del país, se formaron milicias de autodefensa que hoy son la principal resistencia al régimen nacionalista ucraniano. Contra estas milicias se han vuelto a usar los mismos grupos paramilitares que se utilizaron en el Euromaidán. Pravy sektor o el Batallón Azov son algunos de estos grupos paramilitares de corte fascista que campan a sus anchas por Ucrania. No esconden a sus referentes históricos como Stepan Bandera o Adolf Hitler.
La impunidad de estos grupos nazis ucranianos lleva al punto de que no ocultan sus simpatías hacia el Daesh en las redes sociales, en donde a cara descubierta se referencian en el grupo islamista. Las barbaridades que han cometido en Ucrania son muchas, quizás la más conocida sea el incendio que provocaron en Odessa quemando vivas a más de 40 personas. Es preocupante su impunidad así como la facilidad que tienen para adoctrinar jóvenes sin que nadie se lo impida. Europa tiene que ver esta amenaza potencial antes de que sea demasiado tarde. 
Los fascistas adoctrinan y entrenan a menores mientras occidente calla

domingo, 8 de noviembre de 2015

Así se tomó el Palacio de Invierno


25 de octubre de 1917, ya que en Rusia se seguía el viejo calendario juliano. En el resto del mundo aquel día era 7 de noviembre, y nadie se imaginaba que aquel día supondría un antes y un después en la historia humana. Para bien o para mal, unos a favor y otros en contra, aquellos sucesos no dejarían indiferente a nadie (aún hoy, 98 años después). Aquel día los trabajadores se hacían con el control de la capital rusa, iluminando con esperanza a miles de trabajadores del mundo o asustando a los poderosos. Algunos detalles se encuentran en  un libro soviético de historia, cuyo fragmento se reproduce a continuación:

"El plan de la insurrección, elaborado por Lenin, se cumplía con éxito. Durante la noche y la mañana siguiente fueron ocupadas todas las instituciones gubernamentales más importantes, las plantas de energía eléctrica y las empresas de la economía municipal. Petrogrado se encontraba en manos del pueblo insurrecto. El Gobierno Provisional, que se hallaba en el Palacio de Invierno, no tenía salida. Todos los accesos al Palacio estaban controlados por obreros y soldados insurrectos. 
A las 9 de la mañana del 25 de octubre, G. P. Polkóvnikov, comandante en jefe de la Región Militar, informó a uno de los ministros, quien se interesaba por la situación en Petrogrado, de que la situación era crítica, ya que "no había soldados a disposición del Gobierno". En un telegrama al comandante en jefe del Frente Norte, Polkóvnikov comunicaba que la situación en la ciudad era peligrosa. "En las calles no se registran acciones ni desórdenes, lo cual no es óbice para que de manera sistemática vayan ocupando las instituciones y estaciones de ferrocarril y se realicen detenciones. No se cumple ninguna orden. Los cadetes entregan sus puestos de guardia sin oponer resistencia; los cosacos, a pesar de las reiteradas disposiciones, no han salido hasta el momento de sus cuarteles”. 

En esas condiciones, el Mando de la Región Militar veía la única salvación en la urgente llegada de soldados del frente. Pero los refuerzos no llegaban. La mayoría de los soldados, principalmente de los frentes Norte y Oeste, más próximos a la capital, apoyaban a los bolcheviques. Dos batallones de ciclistas, que venían del frente, fueron detenidos a 70 km de la capital por soldados revolucionarios. El 25 de octubre, en Petrogrado triunfó la insurrección armada de obreros, marineros y soldados revolucionarios. El histórico llamamiento ¡A los ciudadanos de Rusia!, escrito por V. I. Lenin, decía que el Gobierno Provisional había sido depuesto y que el poder del Estado había pasado a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Soviet de Petrogrado. El llamamiento decía más adelante: "Los objetivos por los que ha luchado el pueblo -la propuesta inmediata de una paz democrática, la supresión de la propiedad agraria de los terratenientes, el control obrero de la producción y la formación de un Gobierno soviético- están asegurados". Ese mismo día el llamamiento fue transmitido por la emisora del crucero Aurora y publicado en el periódico Rabochi y Soldat; después apareció en los demás periódicos que a la sazón se editaban en Petrogrado y en 21 diarios locales de distintas zonas del país.
A las 9 y 45 de la noche del día siguiente, el crucero Aurora, por la  señal de la Fortaleza de Pedro y Pablo, disparó un  cañonazo con proyectil de fogueo, anunciando el  inicio del asalto al Palacio de Invierno. Se intensificó  el fuego de ametralladoras y fusiles contra los  cadetes y destacamentos de choque parapetados tras  las barricadas levantadas frente al Palacio. A eso de  las 10 de la noche, abandonaron el Palacio los  cadetes de las escuelas de alféreces de Oranienbaum  y de Peterhof y los restos de las centurias cosacas.  Las mujeres del batallón de choque, que habían  quedado en el Palacio, levantaron la bandera blanca  y, bajo escolta, fueron conducidas a los cuarteles del  Regimiento de Pávlovsk. Según atestiguaba  Chudnovski, para las 10 de la noche se fueron, en  total, cerca de 1.000 personas. No obstante, los  cadetes de la escuela de alféreces de tropas de  ingeniería, así como los oficiales y soldados de  choque, se mantenían en sus posiciones. Pero la  situación de los sitiados iba de mal en peor. En el  Palacio comenzaron a penetrar grupos de 50-100  personas: guardias rojos, marineros y soldados.    

Por orden del Estado Mayor de las tropas  revolucionarias, a las 12 de la noche se inició el  asalto general. Los atacantes avanzaban, desde todas  las direcciones, hacia el Palacio de Invierno. John  Reed, socialista norteamericano y participante en el  asalto, escribía: "Al salir a la plaza echamos a correr,  agachándonos y apretándonos unos a otros. Corrimos  así hasta chocar con el pedestal de la Columna de  Alejandro... Tras unos minutos de permanencia allí,  el destacamento, que contaba con varios cientos de  hombres, cobró ánimos y de pronto, sin ninguna  orden, volvió a lanzarse adelante. En este momento,  a la viva luz que salía de las ventanas del Palacio de  Invierno, observé que los doscientos o trescientos  hombres de la vanguardia eran todos guardias rojos.  Había muy pocos soldados entre ellos. Trepamos a  las barricadas de leña y al saltar abajo lanzamos  gritos de triunfo: a nuestros pies había montones de  fusiles abandonados por los cadetes. Las puertas del  edificio a ambos lados de las entradas principales  estaban abiertas de par en par".

No era la una de la madrugada del 26 de octubre  cuando guardias rojos, marineros y soldados  irrumpieron en el Palacio y los cadetes se vieron  obligados a abandonar un piso tras otro. Los  asaltantes se dispersaban por los pasillos y salas del  enorme edificio. Los obreros de la Guardia Roja  manifestaban extraordinaria conciencia, alta  organización y firmeza. Con el fin de proteger los  valores artísticos del Palacio, se situaron centinelas.  A las 2 y 10 del 26 de octubre, el Palacio de Invierno  ya se encontraba en manos de los insurrectos; los  ministros del Gobierno Provisional fueron detenidos  y enviados a la Fortaleza de Pedro y Pablo. 

El 25 de octubre, fecha en que triunfó la  insurrección en Petrogrado, entró en la historia como  el día que dio comienzo la Gran Revolución  Socialista de Octubre en el país y que abrió una  nueva era en la historia de la humanidad."  

Extraído de "Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre" Editorial Progreso. 


domingo, 1 de noviembre de 2015

7 biólogos soviéticos de importancia extraordinaria

A continuación veremos 7 personajes que dedicaron su vida a la biología, contribuyendo a aumentar el conocimiento del mundo que nos rodea y de nosotros mismos. La Revolución de Octubre puso a la ciencia en el centro de la actividad humana, la dotó de recursos económicos y favoreció el acceso al estudio y a la divulgación científica de cualquier persona, con independencia de su origen social. Aquí algunos resultados.

Alexander Oparin: Un erudito científico con amplios conocimientos en biología, química, astronomía y geología. ¿Cómo surgió la vida? A esta pregunta se podía responder desde la especulación filosófica o desde la religión, pero Oparin fue el primero que se atrevió a investigar y a dar una respuesta científica desde su concepción materialista y dialéctica. En 1922 presentó en Moscú las conclusiones de su investigación. Su teoría describe con gran precisión los procesos químicos que permitieron que de materia inorgánica surgiera materia orgánica.

En una primera etapa se sintetizaron compuestos que dieron lugar a moléculas orgánicas muy sencillas. Después, mediante la polimerización, los componentes orgánicos simples darían lugar a compuestos más complejos como las proteínas, polisacáridos o ácidos nucleicos. La conjunción de estos elementos compuestos, más la acción mineral, daría lugar a las primeras células en los mares primitivos.
Experimento basado en la teoría de Oparin
Su teoría, fue demostraba en laboratorio años después, consiguiendo compuestos orgánicos partiendo de elementos inorgánicos. Era todo un avance científico, posiblemente a la altura de la teoría de la evolución de Darwin. Si quieres conocer su obra, aquí se encuentra traducida al castellano.


 

Vladimir Vernadski: Gran físico y matemático que sin duda merece una entrada propia en este blog. Vernadski escribió en 1926 "La Biosfera", obra cumbre de la ecología que tiene una visión global y holística de la vida. Se considera a Vernadski como el padre de la geoquímica, biogeoquímica o radiogeología. Conceptos como la biosfera, litosfera, atmósfera...fueron revolucionarios para el año 1926 y hoy se siguen usando esos conceptos que teorizó Vernadski.
El Doctor Vernadski

Sergei Chetverikov: En 1927, este científico fue el primero en formular leyes del polimorfismo genético. Para entendernos, un polimorfismo es una variación determinada en una secuencia de ADN en una determinada población que hace que sus individuos posean una misma característica, como por ejemplo tener los ojos negros. Estas leyes contribuyeron en gran medida a la investigación en el campo de la genética. Gracias al conocimiento genético, hoy se puede determinar la paternidad de una persona, encontrar a un asesino o determinar la identidad de un resto humano si hay familiares con quien comparar su ADN.
Variación que da lugar al polimorfismo genético

Georgi Karpechenko: Creó la primera planta híbrida del mundo en 1927. Se trataba de una hibridación entre una col y un rábano. Su planta se conoce como Raphanobrassica y en el campo de la botánica supuso un gran avance, ya que se podía reproducir pese a ser una planta híbrida. Esto dió lugar posteriormente a toda una serie de experimentos con el fin de crear nuevas especies de plantas mediante el cruce.
Karpechenko
Andrey Belozersky: Sus progresos tuvieron una importancia vital en el estudio de la genética. Se le considera como un padre de la biología molecular. Fue el primer investigador en aislar el ADN en 1935. Esto abrió las puertas a toda una serie de investigaciones dentro del campo de la biotecnología.

Mijail Chailakhyan: En el año 2004, científicos de universidades de Japón, Alemania y Suecia descubrían la hormona vegetal que hace que la planta florezca de forma debida. Este descubrimiento aparentemente novedoso, carecía en realidad de ser novedad. Ya en 1938, el científico soviético Chailakhyan describió el comportamiento de esta hormona conocida como "florígeno". Esta hormona tiene la función de indicar a la planta cuando y como tiene que florecer. El estudio de 2004, vino a confirmar el descubrimiento del investigador soviético 66 años después.
Iván Michurin: Iván era un obrero ferroviario con una gran pasión, la botánica. Después de toda una vida dedicada a la investigación "amateur", en 1917 recibe con entusiasmo la revolución bolchevique. A sus 62 años comenzó a ver valorado su trabajo. Sus semillas, sus técnicas de selección, sus métodos y sus enseñanzas pasaron a tener una importancia académica. Se crea en 1928 el Laboratorio Central de Genética Michurin, basado en las investigaciones del ferroviario. Michurin creó más de 300 especies nuevas de árboles mediante un proceso de selección artificial. Gracias a ello, árboles frutales o cultivos del sur podía cultivarse en latitudes más al Norte. Uvas, albaricoques, manzanas o peras pudieron empezar a cultivarse en lugares en donde antes era imposible. Sus avances fueron utilizados en koljoses de todas las Repúblicas Soviéticas.
Ivan Michurin

Artículo relacionado: Una historia de heroísmo y ciencia, el arca de las semillas

domingo, 25 de octubre de 2015

Siria, el gran aliado soviético en Oriente Medio


Siria, el país que se asienta al oeste del Éufrates, se libró de la ocupación colonial francesa y británica en 1956. Ese mismo año, la URSS establece relaciones con el gobierno sirio enviando al Ministro de exteriores, Dmitri Shepílov. La amistad entre la Unión Soviética y Siria nace prácticamente a la vez que ésta se independiza.

La cooperación entre Siria y la URSS se intensifica tras la llegada al poder en 1963 del Partido Baath, un partido panarabista que busca la unidad del mundo árabe desde el nacionalismo, el laicismo y el socialismo. Este partido tenía el objetivo de emancipar a los pueblos árabes, por encima de diferencias religiosas. Fue inicialmente importante en el desarrollo del Egipto de Nasser, Iraq o la propia Siria.
Reunión de los Jefes de Estado de la URSS y Siria
En las décadas de los 60 y 70, la Unión soviética contribuyó fundamentalmente a la creación de una industria nacional en Siria, que sustituyera a las importaciones. La URSS suministró bienes de equipo, ingenieros, científicos etc. La cooperación soviética en el desarrollo de la industria petrolera fue clave para la economía siria, al igual que la construcción de vías ferroviarias y avances en la agricultura. A la vez, miles de sirios se capacitaban y formaban en universidades y academias soviéticas. La Unión Soviética formó a unos 70.000 cuadros técnicos, civiles y militares, que supuso un avance bastante importante para un país como Siria.

Se crearon empresas mixtas. Se calcula que casi un 10% de la población siria trabajaba en una de estas empresas. La URSS participó activamente en la construcción de la central hidroeléctrica del Éufrates, siendo la más importante obra civil de aquel momento.

Pero Siria debía garantizar su soberanía y es ahí donde entra en juego la cooperación militar. La URSS envió centenares de instructores militares, armamento, medios electrónicos etc. Se calcula que unos 16.000 militares soviéticos sirvieron en Siria.
Central Hidroeléctrica del Éufrates
La política en todo oriente medio estuvo marcada desde el nacimiento de Israel, por la amenaza sionista y los enfrentamientos entre árabes e israelíes. La URSS ayudó en todo momento a Siria a nivel diplomático y militar. Durante la Guerra de los seis días en 1967 o enfrentamientos con Israel en el Líbano, la URSS prestó una inestimable cooperación. La URSS controlaba el espacio aéreo de Siria y le fue entregado un puerto en la ciudad de Tartús, que permitía a la flota soviética tener presencia en el Mediterráneo. Aún a día de hoy, es fácil encontrar en Siria armamento soviético de los años 60 y 70.

En 1978, Siria e Israel confrontaron en el Líbano. Israel atacó el territorio libanés en busca de soldados palestinos. Era una operación en la que se preveía un avance rápido de los blindados isrelíes, que controlarían rápidamente el Líbano para poner en marcha toda una cacería de palestinos. El Ejército Sirio, con expedicionarios soviéticos, plantó cara en el Líbano al invasor.

Hafed Al Asad, Presidente Sirio escuchando a asesor militar soviético
La formalización de la cooperación se materializó en 1980, cuando ambos gobiernos firman el Tratado de Amistad y Cooperación entre la URSS y Siria, en virtud del cual la Unión Soviética se compromete a la defensa de Siria en caso de ser atacada por un tercero. Aquel Tratado demuestra la importancia estratégica de Siria para la URSS, estableciéndose unas relaciones equivalentes a las que la URSS pudiera tener con Polonia, Checoslovaquia o la Alemania Democrática.

Gracias a la cooperación con la URSS, Siria envió al espacio a uno de sus ciudadanos en 1987 en el marco de un proyecto de cooperación científica. Muhamed Faris, se convertía así en el primer sirio en estar en el cosmos. Durante su estancia en la estación Mir, fotografió el desierto sirio y el río Éufrates con ánimo de ayudar al desarrollo agrícola de su país.

Hoy, sin la existencia de la Unión Soviética, la situación en Siria es mucho más complicada y penosa. Es un país sumido en una guerra civil, en donde Siria tiene que hacer frente a un elevado número de grupos terroristas islamistas, apoyados por potencias imperialistas. Tras cuatro años de Guerra, el legítimo gobierno sirio solicitó ayuda militar a Rusia. Rusia, conforme a la legalidad internacional y al Tratado que une a ambos países, está prestando una valiosísima ayuda a la causa Siria contra el terrorismo.