jueves, 7 de noviembre de 2013

7 de noviembre, día de la Revolución Socialista

Revolución de Octubre
Como cada año, el 7 de noviembre se conmemora la hazaña más grande de todos los tiempos: La Revolución de Octubre. En los últimos días de octubre, la Guardia Roja tenía el control casi total de la capital Petrogrado. Leales al Gobierno, apenas quedaban los destacamentos que actuaban de guardia pretoriana. El pueblo ruso no reconocía ya la autoridad de aquel gobierno que se encerraba en el Palacio de Invierno. Las tropas gubernamentales se debatían entre obedecer a un gobierno moribundo o desertar.

La madrugada del 7 de noviembre (según el calendario gregoriano) El II Congreso de los Soviets se reunía con la presencia del recién llegado a la ciudad: Vladimir Illich Ulyanov. Mientras tanto la Guardia Roja iba ocupando los puntos estratégicos que abandonaban las fuerzas del gobierno.
Guardia Roja
Patrulla de la Guardia Roja en Petrogrado
A primera hora de la mañana se conocía la inevitable noticia, lo que todos esperaban: El Presidente Kerenski había huido de Petrogrado. Era la hora de empezar a destruir el antiguo régimen y crear otro nuevo. Por vez primera en la historia, los trabajadores debían tomar las riendas del Estado.

La Guardia Roja aguardaba la señal para entrar al Palacio de Invierno. Ya por la mañana, el Crucero Aurora se adentraba por el río Neva, dirección al Palacio de Invierno. En las proximidades del palacio fueron disparadas dos salvas: era la señal que indicaba que era el momento de atacar, de entrar en el edificio desde donde se habían regido los asuntos de Rusia durante años.

Crucero Aurora
Los disparos del Crucero Aurora como metáfora de la muerte del Antiguo Régimen
 Palacio de Invierno
Trabajadores armados entraban en el Palacio. La miseria con la que habían vivido contrastaba con el lujo y la opulencia que escondía ese edificio. Se pueden imaginar a los hombres acostumbrados al hambre y al frío en aquel palacio lleno de lujo. Aún así prevaleció el sentido común al ansia individual de coger lo que los trabajadores consideraban suyo. John Reed lo describe así:

 "La oleada impaciente de la tropa nos empujó por la entrada de la derecha, la cual conducía a una vasta sala abovedada, de muros desnudos: la bodega del ala Este, de donde partía un laberinto de corredores y escaleras. Guardias rojas y soldados se lanzaron inmediatamente sobre grandes cajas de embalaje que se encontraban allí, haciendo saltar las tapas a culatazos y sacando tapices, cortinas, ropa, vajilla de porcelana, cristalería ...

Uno de ellos mostraba con orgullo un reloj de péndulo de bronce que llevaba colgado de la espalda. Otro había incrustado en su sombrero una pluma de avestruz. El pillaje no hacía más que comenzar cuando se escuchó una voz: "¡Camaradas, no toquéis nada, no agarréis nada, todo esto es propiedad del pueblo!" 

Inmediatamente repitieron veinte voces: "¡Alto! ¡Volved a ponerlo todo en su lugar, prohibido agarrar nada, es propiedad del pueblo!" Las manos se abatieron sobre los culpables. Los tejidos de Damasco, las tapicerías, fueron arrebatadas a los saqueadores; dos hombres se hicieron cargo del reloj de bronce. Los objetos, bien o mal, fueron colocados otra vez en sus cajas y algunos de los propios soldados se encargaron de montar la guardia. Esta reacción fue sumamente espontánea. En los corredores y las escaleras, debilitadas por la distancia, se escuchaba repercutir las palabras: "¡Disciplina revolucionaria! ¡Propiedad del pueblo!""
Vladimir Lenin
Cartel Revolución de Octubre
 Cartel Revolución de Octubre
Revolución de Octubre

4 comentarios :

  1. Que bueno que volviste!! Después del parón del verano ya pensaba que nos dejabas sin este blog tan entretenido, y donde siempre se aprende algo nuevo de la urss y del socialismo. Un saludo

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  2. Muy interesante. Saludos.

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  3. La cita es del libro "Los 10 días que conmovieron el mundo", ¿no es cierto? He leído ese libro y es estupendo, lo recomiendo a todo el que quiera conocer la historia de primera mano, igual que con este blog... Salud!

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    1. Exactamente. La cita está sacada de ese libro.

      Muchas gracias

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