Unas cien mil personas marcharon por las calles de Moscú en la primera gran movilización del curso. Bajo el lema de "Rusia sin Putin", la oposición salió a la calle a demostrar que a pesar de su heterogeneidad, sigue existiendo.
La prensa occidental ha puesto el acento en los defensores de "Pussy Riot", en nacionalistas etc. exagerando y tergiversando la motivación real de la protesta. Si bien había todo tipo de opositores en la manifestación, volvió a quedar clara que la única oposición real a Putin es el Partido Comunista. Las demandas que más se escuchaban eran reivindicaciones económicas para las familias obreras, a la vez que un mayor poder político para el pueblo (elecciones justas, fin de la represión etc.)
En otras ciudades rusas (Saratov, Ekaterimburgo etc.) de no ser por el PCFR las manifestaciones difícilmente hubieran salido adelante.
A pesar de que hay intentos de instrumentalizar la oposición y convertirla en una "revolución" de colorines, estos sectores despiertan bastante recelo en la sociedad rusa. La única oposición al capitalismo, la única alternativa, sigue siendo el socialismo como en 1917.
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