jueves, 22 de mayo de 2014

Deineka, el hombre que pintó la Revolución

En la puerta de Neva. Alexander Deineka. 1960
Alexander Deineka. Este 20 de mayo se cumplieron 115 años de su nacimiento en Kursk. Es una de las máximas figuras de la pintura soviética, su obra es imprescindible para entender la principal corriente artística de la URSS: el realismo socialista.

Nació en una familia de antiguos campesinos, su padre era ferroviario en Kursk. Su curiosidad y su inquietud infantil se dirige hacia la tecnología y hacia el arte. Los profesores, fascinados por su talento artístico, hacen la recomendación de enviarlo a una escuela artística en Jarkov, donde estudiará entre 1915 y 1917. Como muchos jóvenes de la época se siente atraído por el ideario de Lenin. La Revolución de Octubre, se produce en pleno proceso de aprendizaje y efervescencia del joven, y marcará para siempre su inspiración artística. Deineka se alista en el Ejército Rojo, en donde pone su talento al servicio de la Revolución como pintor, cartelista, fotógrafo etc.
Madre. 1932
Cumplida su presencia en el Ejército, continúa su formación artística, esta vez en Moscú. Sus obras iniciales se caracterizan por mostrar cuerpos en movimiento, con un dinamismo muy expresivo. Eran muy frecuentes las reuniones entre Deineka y Mayakovski, en ella intercambiaban opiniones artísticas, políticas, filosóficas etc. Era mucha la influencia de Mayakovski en Deineka, en aquel momento era el más reconocido poeta en lengua rusa.

Se podría decir que la pintura de Deineka representa lo mismo que la poesía de Mayakovski. El amor a la revolución, al trabajo y a los trabajadores. El poder soviético como sinónimo de lo nuevo y lo saludable frente al viejo régimen podrido y decadente. La admiración por la belleza, por la salud física y el cuerpo forjado a base de trabajar.
Donbass 1947
Deineka no trataba de crear un arte difícil de entender, sólo accesible a una élite cultural. Sus pinturas reflejaban la actualidad y los cambios que estaban sucediendo en la URSS, siempre intentando plasmar la realidad y alejándose de subjetivismos. Para Deineka, esto era un deber. El artista tiene un compromiso con la realidad, y su responsabilidad es mostrarla con toda la belleza o crudeza que tiene.

Sus obras mostraban la industrialización soviética como "Antes de entrar en la mina" o "En el Donbass". Otras mostraban el ejercicio físico o el cuerpo de la mujer, como síntoma de una sociedad sana. A lo largo de su obra se puede observar un tinte antirreligioso. Frente a la religión y la superstición del mundo viejo, él era partidario de la ciencia, el racionalismo y la concepción material de la vida.
1937 stajanovistas
La década de los 30, es la década en la que el autor pinta sus obras más emblemáticas. Viaja a Sebastopol y posteriormente a Francia, Italia y EEUU, lugares que son pintados por el artista con la intención de mostrarlos tal y como él los vio. En esta época también realiza pinturas con mujeres como protagonistas.

La invasión nazi en 1941 cambió por completo el estado de ánimo de todos los pueblos soviéticos. La conmoción era total, la rabia y la tristeza inundaban a las personas. Lo mismo pasa en el arte de Deineka, que pone su pincel al servicio de la victoria contra el invasor. Especialmente famosa sería la obra "Defensa de Sebastopol", ciudad a la que Deineka tenía un especial cariño y cuya resistencia soviética impactó notablemente en el artista.
Defensa de Sebastopol. 1942
Derribado. 1942
Tras la guerra, Deineka volvió a pintar producciones similares a las de su juventud. Aunque mantenía su talento, no buscó nuevos horizontes artísticos. Su producción artística había llegado a esa fase en la que el artista se conforma con pintar lo de siempre, quizás porque era lo que le gustaba pintar y ya no tenía nada que demostrar a nadie. Pintaba lo que le gustaba pintar.

Alexander Deineka recibió importantes condecoraciones como reconocimiento a su trabajo. La Orden de Lenin, o el Premio Lenin atestiguaban su aportación a la cultura soviética. En junio de 1969, la vida del pintor se apagó, pero para siempre quedaron sus pinturas. Realistas pero con un estilo muy determinado y característico, para siempre quedarán mostrando el mundo que Deineka vivió, un mundo y una época en la que la humanidad avanzaba hacia una sociedad distinta.
Sovjos. 1934
Cartel de 1930 con el lema "Mecanicemos el Donbass"
Tullerías. 1935
Plaza de Sverdlov. 1941

Relevos. 1947
Construyendo edificios. 1949
Moscú. 1952
Detrás de la pelota. 1952
Bañistas. 1952



Herreros 1957
1961 Día de Gagarin en París
Atleta. 1962
Amigos
Artículo relacionado: Los mineros en la pintura soviética

4 comentarios :

  1. Permitanme agradecerles, como tantos muchos ya han hecho, por difundir este tipo de información histórica que parece ya tan olvidada en el mundo, disfruto mucho de su blog. Han revivido el espíritu de lucha bolchevique tan necesario en nuestro contexto histórico.

    Un saludo rojo camaradas desde México de un militante del pcm!

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  2. Leed a Milosz. El realismo soviético no vale un duro.

    Amablemente,
    J

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    1. Gracias por la recomendación. Pero no se que derecho tiene Milosz a hacer tal afirmación. Si un ruso dijera lo mismo del arte polaco se le tacharía de racista cuanto menos

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    2. Nos instruye Jorge Tamames a leer a Milosz para comprender que el realismo soviético no vale un duro. ¡Qué grado de idiota!

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