Un nuevo escándalo apuntala la ilegalidad del fin de la Unión Soviética. El Tratado de Belovezh puso fin a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en diciembre de 1991. Pero ahora resulta que el documento firmado no aparece porque sencillamente es posible que no existiera. El documento oficial del Tratado es lo que vincula jurídicamente a las partes. No hay constancia de que exista, informa la agencia RT.
El ex líder de Bielorrusia, Stanislav Shushkévich, denunció
la pérdida en los archivos nacionales del original del Tratado de Belovezh, que
estipulaba la disolución de la Unión Soviética y fundación de la Comunidad de Estados
Independientes (CEI).
El político retirado, de 78 años, fue uno de los seis firmantes. No recuerda
si solo había una copia auténtica del tratado o tres, como se suele hacer, para
cada uno de los Estados fundadores de la CEI. Pero desde Ucrania y Rusia tampoco han
podido confirmar, a nivel oficial, la presencia de los originales.
Shushkévich se preocupó por la ubicación del documento mientras redactaba un
libro de memorias. Acudió al Archivo Nacional, luego al Comité Ejecutivo
de la CEI (con
sede en Minsk desde el momento de su fundación) y al Ministerio de Asuntos
Exteriores de Bielorrusia. En ninguno de los recintos lograron localizar el
original del tratado. “Solo tenemos una copia compulsada de lo que virtualmente era original”,
respondió el jefe del Depositario documental del Departamento Legal del Comité
Ejecutivo, Vasili Astreiko, consultado por la agencia rusa de información
Interfax. “No tengo ni idea dónde está el auténtico”.
Aquellos 3 conspiradores que supuestamente firmaron el Tratado, se saltaron la legalidad existente en la URSS. Ahora, parece que también se saltaron la legalidad internacional. La unión y amistad forjada durante años por los pueblos soviéticos, era liquidada en un despacho por 3 conspiradores. No sólo eso, sino que no hay constancia de aquel Tratado. Después de haber acabado de esta manera con la URSS, el alcoholico de Boris Yeltsin aún debía cometer algún crimen más para conseguir sus propósitos. Así en 1993 bombardeó al parlamento ruso, después de que este ejerciera su derecho legítimo de cesarle en el cargo.
Lo del bobardeo fue muy grave, un golpe de estado en toda regla del que poco se ha informado.
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